miércoles, 2 de julio de 2014

IV SNUT 2014

Ha pasado casi un año, o quizás más, y un día por otro, el trabajo, los entrenamientos, la familia, los amigos, etc. etc. han hecho que no me ponga delante del teclado y escriba unas palabras.
Palabras que nunca debería de haber dejado de escribir, pues me hacen encontrarme conmigo mismo, y con todo lo que quiero y anhelo.
Sois muchos los que durante todo este tiempo me habéis solicitado, pedido casi rogado que escribiera algo, pero realmente nunca encontraba:  más que el momento; - no encontraba el ánimo-.

Después de haber terminado la SNUT 2014 el pasado domingo con mis amigos y con los que ahora son mis nuevos amigos, entiendo, que ha sido un error, no introducir aquí las experiencias vividas en la montaña, con el material, con los entrenamientos y con los trails vividos.

Han sido muchas experiencias durante este último año, pero creo que recuperando estas entradas, volveré a sentirme quizás un poco más cercano a todos los que las leían, y a todos los que querían leer lo que escribía.

De la SNUT, que os puedo contar??
Es ese sueño que hace que correr por Sierra Nevada en libertad, sin ataduras, con responsabilidad y buena compañía sea todo un placer. Cada año repetimos la experiencia, y cada año, todos los asistentes salen de la misma, completamente satisfechos.

Nos preguntamos porqué será??
Quizás porque es como un Gran Hermano en la montaña??, o porque realmente los asistentes son todos gente tan sana, tan llana y tan honesta, que es un placer preparar durante 363 días, lo que posteriormente se celebra en 2 días??

Pues sí señores, es tan grato trabajar una Kedada como esta para vosotros, que lo haré mientras pueda y tenga fuerzas para ello, porque vuestra compañía es lo mejor que me puedo encontrar en la montaña.

Algunos pensarán, como de difícil es organizar esta kedada, o como de difícil es completarla, o como de complicado es unir los sentimientos, virtudes y dificultades de un grupo tan variopinto de personas con una afición común?? No es difícil, porque los asistentes lo hacen fácil. Todos se muestran como son, y la regla dice que ya con 4 ediciones a nuestras espaldas, sabemos de lo que estamos hablando.

Este año en una edición de 2 días, partíamos a las 6 de la madrugada de la Rotonda de la Isla en Granada con dirección a Órgiva. Allí nos esperaba nuestra ruta, de prácticamente 42 kms hasta Trevélez, para subir posteriormente el Alto del Chorrillo, y bajar recuperando hasta el Refugio del Poqueira. Donde nos esperaría el amigo Rafa para darnos la correspondiente recuperación en formato cerveza y alimento.

El primer día, a pesar de no ser muy exigente en cuanto al desnivel en su primera parte, lo fue en cuanto al calor. Comenzamos pasando en paralelo al cauce del Rio Guadalfeo, para possteriormente llegar a lo que se llama la Junta de los Rios, allí pasamos justito al lado de la casa del batería de Génesis Chris Steward. Seguimos subiendo y subiendo ya en dirección a Fondales, Busquistar, y posteriormente en una largo pateo hasta la población de Trevelez. Algunos seguimos el GR-7 que se lleva por estas latitudes, y algunos otros dado que el calor apretaba de una forma descomunal lo llevaban de forma más directa por una pista forestal.
En Trevelez, no queda otra que recuperar líquidos, sólidos y gaseosos, porque el oxigeno faltaba; el agua también y la comida. Por tanto decidí para con el amigo Jesús, Antonio y yo en el camping de Trevelez, comernos 3 bocadillos, 2 cervezas y recuperar el aliento, pues quedaba lo más duro con diferencia.
A pesar de tener que retranquearnos casi 2 kms hasta el camping, pensamos que valió la pena, pues el servicio que nos prestaron y con la delicadeza que lo hicieron, nos hizo salir de allí con fuerzas renovadas.
El Alto del Chorrillo, no deja de ser "una putada", un disparate, y un camino insufrible. Subir los casis 1200 m de D+ en unos 8 kms lo hacen realmente duro. Conozco en mi vida de Trail y Ultras subidas, duras, largas y pesadas;  pero creo que esta lo tiene todo. Es una subida seca, pues no hay agua hasta que no llega al menos al 75% de la misma; su zig zag constante la hacen eterna, y su desnivel en base siempre a suelo muy irregular y de piedras sueltas la hacen insufrible. Casi 2 horas de subida constante sin descansar un metro, y sin ver el final hasta que no llegas. No apto para  gente sin paciencia.
Cuando llegas arriba, todo cambia, hasta el viento, que hace que estar casi a los 3000 metros, te tengas que abrigar, y empezar el descenso por el sendero hacia el Poqueira, donde estaba casi todo el grupo.
En la subida me dejo atrás a los dos cuaños con su consentimiento, y llegan 1 hora y media después en plenitud de facultades para acometer el día siguiente.

No creo que repita esa subida, hasta que no se me olvide, es realmente algo a olvidar. La había hecho antes de noche, e incluso hacia abajo. Teniendo en ambos casos sensaciones de repudio, pero a partir del pasado sábado, la odio, la odio, y la odio.

Esa noche de refugio no tiene desperdicio, pues estaba completamente lleno con los chicos del Club Mulhacén, y todos nosotros. Dado que comemos tarde, las ganas de dormir no se nos vienen rapidamente a la mente, por lo que el amigo Manuel y yo nos bajamos a tomarnos unos mojitos con los chicos del Mulhacén, que estaba de ultima salida de temporada. Muy ricos, gracias Yolanda (Fedamón).

El domingo se presenta de inicio feo: viento con rafagas de 70 km/h, cielo poco claro, y frio, con lo cual es perfecto para tirar para el Mulhacén: tiene narices!!!
Subimos agrupados la pista en dirección al Mulhacén pasando de nuevo por el Chorrillo, para coger el sendero que enchufa hasta la cumbre. El viento, no nos deja avanzar mucho, nos da por el Oeste incluso en algunos momentos de espaldas, hasta que pasa lo que pasa, y es que no empieza a dar de frente, y practicamente es un pasito para adelante, medio para atrás. Se hace muy dura, y fría. Todos vamos bien, bien petrechados. Menos mal que el día se aclara y al menos luce el sol, pero aún así el frio hace mella en nosotros.
La bajada es espectacular, y nos ponemos en 20 minutos en la Caldera. Hacemos un grupo, que prácticamente no se romperá hasta el final con Juan José, Humberto, Andrea, Paco Eltziar, D. Francisco Contreras y un servidor.
Subimos el alto de la Caldera, con unas vistas de la laguna que quitan el sentido de lo bonito que está, y enchufamos la pista hasta subir el nevero de la Carihuela. Máxima precaución, pues aunque con los escalones hechos, estaba resbaladizo. Comemos, nos hidratamos y ya empieza el disfrute, aunque largo disfrute: Los Tajos de la Virgen, la Laguna de las Yeguas, la pista del Rio, La estación de esquí, y aquí hacemos otro break, con cerveza y un poco de paella, donde nuestras cucharas se entrecuzan para intentar reponer algo de todo lo que ibamos gastando.
Se nos echan las 4 de la tarde encima, y eso es malo, pues nos queda un buen trecho hasta medio encontrar la sombra, por tanto bajamos con premura y donde D. Francisco Contreras tenía prisa por llegar, llevándonos a todos a ritmo en las bajadas y menos mal, descansando en las subidas.
Al llegar al río, nos hidratamos en la Fuente de Diechar, y comenzamos el serpenteante sendero que nos llevará en algo más de 12 kms a los Cahorros de Monachil, y donde estaremos a unos 8 kms. de nuestra meta donde nos espera la familia, la cerveza, los amigos, y el descanso.
Ruta segunda de practicamente 60 kms, que hacen y configuran la SNUT con  exactamente 99,9 kms y 7000 m. de Desnivel +

El año que viene más, diferente e intentaremos que mejor, pero cada año es más difícil. Si lees esta crónica y te gusta lo que has leído entra en nuestro facebook, y vente con nosotros el año que viene.
Mejor que todo es poner aquí todas las fotos de lo que os he contado, que no dejan de ser mucho más ilustrativas que la opinión de un humilde Trailer.