viernes, 21 de noviembre de 2014

Ultra Trail Sierra de las Nieves

El UltraTrail Sierra de Las Nieves para nosotros empezó como un trail de ir el mayor numero de miembros del club y pasarlo bien, así que así fue como lo planteamos, ya que era cerca barato. Para mi, además se unían razones sentimentales, ya que era una de las sierras que mi tio siempre me hablaba de ellas y tenía mucha gana de visitarla, ya que con el no tuve la oportunidad.

Como el ultra empezaba tarde, yo pensé en irme el mismo día, pero al final decidí irme la noche antes y así poder disfrutar un rato de la compañía de mis amigos del club.

El sábado amaneció con mucha niebla y al acercarnos a la salida, ya se oían rumores de que se iba a retrasar la salida una hora. La organización no le había dado tiempo a montar algunos avituallamientos. A nosotros nos extrañó, pero eso nos hizo poder desayunar tranquilos y hacer todo lo que teníamos que hacer.

 

Íbamos del club un buen número de amigos, Manolo, Sergito, Juanje, Emilio y un servidor, pero allí nos encontramos con algunos más, como Pablo o Paco de Motril.

La salida la tomamos muy tranquila, tanto, que Sergio y Manolo se fueron y tuvieron que esperarnos al final de la primera cuesta. Pero la verdad que no había prisa, el día iba a ser largo.

El recorrido tenía en sus primeros 23km casi el 50% del desnivel o eso creíamos viendo el perfil, yo en este ultra le había dicho a mis compis que quería correr más que en los otros, que siempre me quedaba con ganas y no quería pasara así en este. Así que subimos corriendo los primeros 23km, no a gran ritmo, pero sin parar de correr. El terreno además lo permitía, una pista que no dejaríamos en toda la carrera. Desgraciadamente, Emilio y Juanje se nos quedaron atrás (ellos deciden ir más reservones) y seguimos solo Manolo, Sergio y yo.
 
De camino hasta el 23, encontramos 2 avituallamientos totalmente vacíos, nadie de la organización ni nada que tomar. Pensamos que es una cosa puntual y como llevamos en las mochilas de todo, no nos preocupamos. Lo malo fue al llegar al 23, en este punto la carrera se dividía para los que hacían la larga y la corta, y si nos encontramos a gente protestando al juez y pensando que hacer, ya que nos dicen que no hay ni va a haber ningún avituallamiento. Nosotros un poco inconscientemente decidimos seguir, pensamos ingenuamente que con lo que llevamos en las mochilas y los pasos por los pueblos nos sería suficiente. No sabíamos que en verdad no pasaba por ningún pueblo.
 
Los kilómetros fueron pasando, y cada vez íbamos más preocupados, hasta el punto de querer retirarnos en algunos momentos. No fue hasta el km 30 más o menos que un coche de la organización nos ofreció algo de beber, pero nada solido. Íbamos tirando con lo que llevábamos en las mochilas. Lo más duro era la incertidumbre, no sabíamos si tendríamos bebida o comida, si algo nos pasaba si nos sacaría alguien de allí. La carga psicológica era muy fuerte, pero los kms iban pasando.
 
No fue hasta el km 60 que llegamos a un avituallamiento en el que nos dieron un plato de macarrones, para ese momento la verdad ya íbamos muy justillos y nos vino fenomenal. Salimos pletóricos del avituallamiento, con buen humor y mucha energía. Además desde un punto que se veía mucha de la pista que llevábamos, vimos a nuestro compis que irían unos 4 o 5 km por detrás, pero se habían unido a un grupo e iban muy bien de ritmo y desde la lejanía se les notaba animados.
 
Desde el 60 en adelante, los kms volaron, fuimos muy bien, corriendo casi siempre y muy animados. En el km 75 la gente de Istan tenían preparado el único avituallamiento que se puede llamar así, pastelitos, peras, plátanos, vamos, lo que uno espera en una carrera de esta magnitud. este sería el ultimo, desde aquí, ya nos avisaron que no habría nada más, así que nos pusimos pufos y seguimos, con muchas ganas de seguir y viendo que ya llegábamos.
 
A partir de aquí, quedaban dos puertos no muy fuertes, que los hicimos muy bien, mis dos compis tirando de mi y yo siempre viéndoles las espaldas. Esperándome pero sin dejarme. Fue duro, pero resistimos y prácticamente no bajamos el ritmo salvo en algunas subidas que ya no las hacíamos corriendo. A 2 kms de meta se pone a chispear, pero ni sacamos los chubasqueros que habíamos cargado durante 100km. Ya solo queríamos llegar.
 
La llegada a meta, emocionante por haber terminado otra vez en equipo, con gente que ya te unen muchas horas de monte y a la que ya irremediablemente te sientes hermanado. La pena, el espectáculo que da la organización, solo unas pocas personas desmontando, que nos ofrecen un caldo caliente diciendo que era el ultimo, que ellos se marchaban. En nuestras cabezas nuestros compis que seguían corriendo detrás bajo la lluvia.
 
La espera fue muy tensa, de la organización no quedaba nadie, se fue la luz, llovía y allí solo quedábamos nosotros metidos en el coche y el del cronometraje. Llamamos muchas veces a Emilio y Juanje, pero no nos cogían, había gente que iba llegando y nos decían que ya no quedaba nadie, que los había recogido, pero nosotros lo dudábamos. No fue hasta un par de horas más tarde que empezamos a ver luces. Y cuando los vimos entrar empapados pero con las caras súper sonrientes, nos abrazamos y vimos que habíamos terminado. Que gran equipo!!

jueves, 11 de septiembre de 2014

TDS® (Sur les Traces des Ducs de Savoie)



El sueño de todo corredor de montaña es verse algún día acabando el Ultra Trail del MontBlanc y es un sueño que lleva un largo camino y para mi empezó hace dos años, cuando quisé hacer otra carrera de las que se celebran en Chamonix esos días, la CCC, pero mi decepción fue mayúscula cuando le tocó a Manolo, otro compañero del club y yo me quedé en tierra. Así que este año ya con todos los puntos y varios ultras de más de 100km, queríamos hacer el UTMB, pero tampoco salimos en el sorteo y decidimos coger la opción que nos brindaba la organización de hacer la TDS. Este año no me quedaba sin ir a los Alpes con mi familia.





Y así ha sido, después de unos magníficos días en el valle de Chamonix, disfrutando con la familia, se acerca el día de la carrera y el valle se va llenando de corredores, incluido mi compi Manolo con su familia.

Manolo traía una sorpresa, en Madrid al ir a bajar las maletas se había torcido un tobillo y aunque no 100%, tenía claro que tomaría la salida. 


El martes 26, día antes de la carrera, el día que se recogen los dorsales, se pasa el día lloviendo, a la hora de recoger los dorsales en el pabellón, la gente se apelotona en el hall. La recogida del dorsal, muy organizada, incluso nos hacen un control de materiales en la mochila que llevaríamos el día siguiente. Y nos dicen que nuestro autobús es a las 5:15am dirección Courmayeur.



Llega el día de la carrera y a las 4:30, me levanto, me visto y me despido de mi familia, los niños insitieron en que no podía irme sin un beso. Así que tras recibir el animo de toda mi familia, salgo del camping y hago el recorrido de Argentiere a Chamonix, recogiendo a dos corredores con los que voy charlando hasta dejar la furgoneta y coger el autobús. 


La verdad esperaba un poco más de alegría, será por la hora, pero todo el mundo se ve muy concentrado. Como llego un poco antes, me pongo en la cola, y cual es mi sorpresa que veo a Manolo enfrente y que no viene, se había olvidado el ticket, así que tuvimos que hacer una pequeña trampilla para que no lo enseñara y nos montáramos juntos en el autobús.




El autobús pasa por el túnel de Montblanc y nos deja en la localidad italiana de Courmayeur, donde a las 7am darían la salida. Somos 1600 corredores que nos apelotonamos para quitarnos el frío en el cajón de salida. Manolo y yo estamos muy relajados y nos hacemos unas fotos y cual es nuestra sorpresa cuando el tío que hay detrás justo es de Jaén, que chico es el mundo.





La salida es espectacular, la gente sale corriendo muchisimo y nosotros nos contagiamos, pero las calles, el helicóptero y el saber donde estábamos, hace un ambiente increíble. Poco a poco vamos saliendo del pueblo y nos encaminamos a una estación de esquí, que se va perfilando en lo alto de una montaña. La subida es dura, pero es apenas un adelanto de lo que nos esperaba.

A los 7 km de subida llegamos al primer punto de avituallamiento, aquí sin apenas pararnos, tomamos nuestra primera sopa, que con el frío y el estomago casi vacío, nos sienta de maravilla. Seguimos subiendo y al coronar tenemos nuestra primera gran vista, un gran valle se abre a nuestros pies y el macizo del Montblanc con glaciares, ríos... Yo no podía dejar de mirar, quería pararme y tomar fotos, pero al ir en la cola, no podía. Estaba como un niño chico, que bonito.


La subida por un amplio valle es espectacular y la carrera va muy compacta, lo que hace que vayamos todos en fila.

 


Es en esta subida cuando Leonardo se une al grupo formado por Manolo y yo. Leonardo aunque es miembro del club en principio no iba a ir con nosotros en la carrera, pero una carrera tan larga siempre es mejor ir acompañado y por ahora decide quedarse con nosotros.




Poco a poco y casi sin darnos cuenta llegamos al avituallamiento del lago Combal, es solo el km 15 pero ya llevamos más de 1200m de desnivel positivo y cuando Leonardo nos acerca otra sopa, me doy cuenta que estoy hambriento. Sopa, queso, pastel, salchichón, todo para adentro, lo devoro y casi sin perder mucho tiempo, salimos dirección al col de Chavannes(2603m). 

Supongo que con el estomago lleno las cosas se ven distintas, pero esta subida no se me hace pesada, no así la siguiente bajada por una ancha pista hasta Alpetta. Son más de 10km de una pista que lentamente va descendiendo, la hacemos integramente corriendo hasta un pequeño puente sobre el río, donde nuevamente empieza la subida hasta el Col du petit Saint-Bernard (2188m).


Desde el petit Saint-Bernard hasta Bourg Saint-Maurice, es un largo descenso de 1300m por la vía romana que unía Roma con Lyon através de los Alpes. Al principio yo no estaba muy convencido de bajar muy corriendo, pero poco a poco nos vamos animando y la verdad que hacemos a muy buen ritmo la bajada, solo cuando llegamos al valle y empieza la parte llana descansamos un poco. En esta parte Leonardo ilusionado con ver a su familia, se adelanta hasta el habituallamiento.


El paso por la localidad de Bourg Saint-Maurice es una fiesta, llevamos como 9 horas de carrera y son como las 4 de la tarde, hace un día magnifico y la gente esta en la calle comiendo y bebiendo, el hambiente festivo se nos contagia y vamos bromeando y muy animados.

En el avituallamiento nos hacen un control de material, este de movil y chaqueta impermeable. Lo pasamos bromeando con los jueces y seguimos por las calles de este pueblo.

Era un buen momento de llamar a la familia, de decirles que ibamos bien, juntos y que Manolo no tenía molestias en el tobillo.

Salimos del pueblo y empieza nuestro primer gran test, llevamos ya 50km en las piernas y las fuerzas ya no son lo mismo, hace bastante calor y la subida es larga, 2000m. El principio de la subida discurre por un bosque que me recuerda mucho a la Alpujarra, pero pronto salimos del bosque y por una empinada subida llegamos la primera fortificación, fort du Truc y 200 o 300m más alto el del a Platte.  Fueron construidos a final del siglo XIX cuando las relaciones franco-italianas se degradaban, para preservar el valle de una eventual intrusión de tropas italianas.

Curiosamente en el fort du Platte hay una baquería y una anciana ha montado un puesto de bebidas al nada despreciable precio de 4€, relleno agua en una manguera y sigo dirección la zona de los 5 lagos y el Col de Forclaz(2354m).

La subida hasta el Col de Forclaz es muy dura y empezamos a ver gente que se aparta del camino y se tira en los laterales, me sorprende que nadie habla ni pregunta si estan bien. Nosotros vamos bien, pero al final empiezo a notar un poco de debilidad y decido hacerme a un lado y comer algo. Manolo hace lo mismo, no así Leonardo que decide seguir y esperarnos más arriba.

Finalmente pasamos el puerto y descendemos hasta el precioso lago Esola, el cual rodeamos y seguimos la bajada para ya coger el ultimo paso el de Pralognan(2567m).

En la subida al Passeur de Pralognan, Manolo y Leonardo me dejan atras, no me preocupo, se de la preocupación de Manolo por pasar este paso de día, no por el paso, si no la bajada que hay despues, una bajada muy tecnica y dificil en la que hay incluso unas cadenas te ayudan a no caerte.

Casi con las ultimas luces llegamos al puerto y tenemos la luz justa para descender. Yo llego unos minutos más tarde que ellos, pero en la bajada los alcanzo y volvemos a ir todos juntos.


Poco a poco la oscuridad llega y tenemos que encender los frontales, por suerte lo más dificil de la bajada a pasado y ya es una pista que nos va guiando hasta el avitullamiento de Beaufort en el Cormet de Roselend. La ultima parte antes de llegar se nos hace bastante largo, sobre todo porque el avituallamiento esta escondido y hasta que no estas encima no lo ves.





Llevamos 14 horas de carrera y este es el puento donde nos han llevado ropa seca, en este avituallamiento haremos una parada un poco más larga, comemos bien, nos abrigamos, mandamos la ropa de todo el día para meta y reorganizamos las mochilas.

Son las 9 de la noche cuando dejamos Roselend y hace bastante frio, pero la pista que llevamos al principio pronto nos lleva a una vereda y una fuerte subida hasta el Col de la Sauce y entramos en calor rapidamente.

La noche esta bien cerrada y la verdad no vemos nada más allá de nuestras luces. Miramos atras y vemos gente que todavía baja del Pralognan y la verdad nos sentimos mal por ellos, no me gustaría tener que bajar por ahí de noche. En silencio en nuestros pensamientos, yo empiezo a sentir que algo no iba bien, en cada respiración oigo un pitido y noto que no respiro como debería. Siento que voy más despacio de lo que iría normal, pero Manolo y Leonardo no se quejan. Menos mal que pronto llegamos al col  y la bajada a Gitte me recuperan.

La aldea de la Gitte, tiene un puesto medico y hay mucha gente pidiendo asistencia, yo le explico lo que me pasa y despues de ver que la saturación de oxigeno en sangre era baja pero
normal y oscultarme, me dan ventolin, lo cual me ayuda a hacer la siguiente subida con normalidad.
 
Son las 12 de la noche y nos espera una buena subida hasta el col de la Gitte, por suerte, esta la hago bastante bien y la bajada no resulta muy dificil. Tenemos que hacer 10km hasta el proximo avituallamiento y parece cerca. Pero los kms en la noche no cunden, tardamos más de 3 horas. Por el camino, en el pequeño valle los sonidos son muy curiosos, oimos la musica del avituallamiento, pero no lo vemos, por otro lado hay muchas vacas que con sus cencerros nos hacen pensar en gente animando. La subida a una pequeña montañita, parece facil, pero no lo es, y la bajada muy tecnica y con cuerdas. Todo esto hace que cuando vemos el avituallamiento nos lancemos como locos y hagamos los ultimos kms corriendo.


El avituallamiento del Col du Joly, es como todos una gran carpa, pero tiene una peculiaridad, tiene un DJ que era el que llevabamos mucho rato escuchando. Justo cuando entramos pinchaba a los Cure, despues U2, todo temas de los 80 que nos animó muchisimo. Justo cuando nos ibamos un blus instrumental que grande el tio.

La bajada al principio es por unas pistas de esqui, pero rapidamente nos desvian a una vereda que va bajando rapidamente, atravesando, pistas, zonas de recreo y caminos.

El amanecer nos pilla en la bajada y por fin llegamos a una pista que nos llevará hasta Les Contamines km 95. Llevamos casi 24h, y el cansancio y el amanecer nos afectan de diferente manera. Manolo y yo, nos adelantamos sin querer con la prisa de llegar al avituallamiento y Leonardo se queda un poco atrás. Iba muy cansado, entre el viaje y los horarios casi no había dormido los ultimos días, nos dice que se iba a echar un rato en el avituallamiento, pero se motiva y decide tirar para dormir lo antes posible. Ya no le volveriamos a ver. Nosotros hacemos una brevisima parada y seguimos, yo iba muy tocado, la respiración me estaba afectando mucho y el cansancio. Así que paramos lo justo y por los dos ultimos puertos.

A pesar de ir tan tocado, sigo, me digo que son solo los dos ultimos puertos y que 25km los hacemos cualquier día. La subida a los chalets du Troc es por pista entre el bosque, la hago muy despacito, Manolo va hacia alante y hacia atras animandome, pero no puedo respirar bien y me subo de pulsaciones rapidamente. Finalmente coronamos y una pequeña bajada nos anima un poco, pero cuando vemos el ultimo gran paso el Col du Tricot es un pequeño jarro de agua fria.

La subida la hago lentisima, cada dos curvas me tengo que parar, pero finalmente coronamos y nos decimos que ya es todo para abajo. Nada más lejos de la realidad, todavía nos quedaban algunas subiditas, atravesar la lengua terminal del glaciar de Bionnassay atraves de una pasarela y remontar hasta el Bellevue, donde se atraviesan las vias del tranvia del MontBlanc.


 Desde Bellevue hasta Les Houches  la bajada es eterna, habrá unos 5km bajando atraves de un bosque, que en un día normal, con las piernas fuertes debe de ser hasta bonito, pero a nosotros se nos hizo larguismo y para colmo el ultimo km de asfalto.

Pasamos por el ultimo avituallamiento, comemos un poco y seguimos, sabemos que lo tenemos acabado, pero había que hacer los ultimos 8km, estos van paralelos al río, siempre picando un poco hacia arriba y a veces con grandes que no largas cuestas. Mi paso es desesperante y no se como Manolo no me dejó, a esas alturas hasta en llano la respiración la llevaba mal, pero poco a poco llegamos a las afueras de Chamonix. Es aquí donde nos dimos cuenta que lo habíamos conseguido, toda la tensión, la preocupación y el esfuerzo acaba allí, lo habíamos conseguido.

La emoción, las lagrimas y todo los sentimientos se desataron entrando a Chamonix, lloramos como niños.

Pero llegamos a la calle principal de Chamonix y la gente empezó a jalearnos, felicitarnos y aplaudirnos, se nos pasó todo, incluso empezamos a correr.Y cuando vimos a nuestras familias, no cabiamos en nosotros mismos de alegría, cada uno entramos con nuestros hijos, pero tuvimos nuestro momento para abrazar al compañero que nos había acompañado durante 119km, 7250m de desnivel positivo y 30 horas 38 minutos. 




Muchas gracias a todos por vuestros animos, sobre todo a la gente del club, que nos estuvo siguiendo toda la noche y a nuestras familias por su infinita paciencia


miércoles, 2 de julio de 2014

IV SNUT 2014

Ha pasado casi un año, o quizás más, y un día por otro, el trabajo, los entrenamientos, la familia, los amigos, etc. etc. han hecho que no me ponga delante del teclado y escriba unas palabras.
Palabras que nunca debería de haber dejado de escribir, pues me hacen encontrarme conmigo mismo, y con todo lo que quiero y anhelo.
Sois muchos los que durante todo este tiempo me habéis solicitado, pedido casi rogado que escribiera algo, pero realmente nunca encontraba:  más que el momento; - no encontraba el ánimo-.

Después de haber terminado la SNUT 2014 el pasado domingo con mis amigos y con los que ahora son mis nuevos amigos, entiendo, que ha sido un error, no introducir aquí las experiencias vividas en la montaña, con el material, con los entrenamientos y con los trails vividos.

Han sido muchas experiencias durante este último año, pero creo que recuperando estas entradas, volveré a sentirme quizás un poco más cercano a todos los que las leían, y a todos los que querían leer lo que escribía.

De la SNUT, que os puedo contar??
Es ese sueño que hace que correr por Sierra Nevada en libertad, sin ataduras, con responsabilidad y buena compañía sea todo un placer. Cada año repetimos la experiencia, y cada año, todos los asistentes salen de la misma, completamente satisfechos.

Nos preguntamos porqué será??
Quizás porque es como un Gran Hermano en la montaña??, o porque realmente los asistentes son todos gente tan sana, tan llana y tan honesta, que es un placer preparar durante 363 días, lo que posteriormente se celebra en 2 días??

Pues sí señores, es tan grato trabajar una Kedada como esta para vosotros, que lo haré mientras pueda y tenga fuerzas para ello, porque vuestra compañía es lo mejor que me puedo encontrar en la montaña.

Algunos pensarán, como de difícil es organizar esta kedada, o como de difícil es completarla, o como de complicado es unir los sentimientos, virtudes y dificultades de un grupo tan variopinto de personas con una afición común?? No es difícil, porque los asistentes lo hacen fácil. Todos se muestran como son, y la regla dice que ya con 4 ediciones a nuestras espaldas, sabemos de lo que estamos hablando.

Este año en una edición de 2 días, partíamos a las 6 de la madrugada de la Rotonda de la Isla en Granada con dirección a Órgiva. Allí nos esperaba nuestra ruta, de prácticamente 42 kms hasta Trevélez, para subir posteriormente el Alto del Chorrillo, y bajar recuperando hasta el Refugio del Poqueira. Donde nos esperaría el amigo Rafa para darnos la correspondiente recuperación en formato cerveza y alimento.

El primer día, a pesar de no ser muy exigente en cuanto al desnivel en su primera parte, lo fue en cuanto al calor. Comenzamos pasando en paralelo al cauce del Rio Guadalfeo, para possteriormente llegar a lo que se llama la Junta de los Rios, allí pasamos justito al lado de la casa del batería de Génesis Chris Steward. Seguimos subiendo y subiendo ya en dirección a Fondales, Busquistar, y posteriormente en una largo pateo hasta la población de Trevelez. Algunos seguimos el GR-7 que se lleva por estas latitudes, y algunos otros dado que el calor apretaba de una forma descomunal lo llevaban de forma más directa por una pista forestal.
En Trevelez, no queda otra que recuperar líquidos, sólidos y gaseosos, porque el oxigeno faltaba; el agua también y la comida. Por tanto decidí para con el amigo Jesús, Antonio y yo en el camping de Trevelez, comernos 3 bocadillos, 2 cervezas y recuperar el aliento, pues quedaba lo más duro con diferencia.
A pesar de tener que retranquearnos casi 2 kms hasta el camping, pensamos que valió la pena, pues el servicio que nos prestaron y con la delicadeza que lo hicieron, nos hizo salir de allí con fuerzas renovadas.
El Alto del Chorrillo, no deja de ser "una putada", un disparate, y un camino insufrible. Subir los casis 1200 m de D+ en unos 8 kms lo hacen realmente duro. Conozco en mi vida de Trail y Ultras subidas, duras, largas y pesadas;  pero creo que esta lo tiene todo. Es una subida seca, pues no hay agua hasta que no llega al menos al 75% de la misma; su zig zag constante la hacen eterna, y su desnivel en base siempre a suelo muy irregular y de piedras sueltas la hacen insufrible. Casi 2 horas de subida constante sin descansar un metro, y sin ver el final hasta que no llegas. No apto para  gente sin paciencia.
Cuando llegas arriba, todo cambia, hasta el viento, que hace que estar casi a los 3000 metros, te tengas que abrigar, y empezar el descenso por el sendero hacia el Poqueira, donde estaba casi todo el grupo.
En la subida me dejo atrás a los dos cuaños con su consentimiento, y llegan 1 hora y media después en plenitud de facultades para acometer el día siguiente.

No creo que repita esa subida, hasta que no se me olvide, es realmente algo a olvidar. La había hecho antes de noche, e incluso hacia abajo. Teniendo en ambos casos sensaciones de repudio, pero a partir del pasado sábado, la odio, la odio, y la odio.

Esa noche de refugio no tiene desperdicio, pues estaba completamente lleno con los chicos del Club Mulhacén, y todos nosotros. Dado que comemos tarde, las ganas de dormir no se nos vienen rapidamente a la mente, por lo que el amigo Manuel y yo nos bajamos a tomarnos unos mojitos con los chicos del Mulhacén, que estaba de ultima salida de temporada. Muy ricos, gracias Yolanda (Fedamón).

El domingo se presenta de inicio feo: viento con rafagas de 70 km/h, cielo poco claro, y frio, con lo cual es perfecto para tirar para el Mulhacén: tiene narices!!!
Subimos agrupados la pista en dirección al Mulhacén pasando de nuevo por el Chorrillo, para coger el sendero que enchufa hasta la cumbre. El viento, no nos deja avanzar mucho, nos da por el Oeste incluso en algunos momentos de espaldas, hasta que pasa lo que pasa, y es que no empieza a dar de frente, y practicamente es un pasito para adelante, medio para atrás. Se hace muy dura, y fría. Todos vamos bien, bien petrechados. Menos mal que el día se aclara y al menos luce el sol, pero aún así el frio hace mella en nosotros.
La bajada es espectacular, y nos ponemos en 20 minutos en la Caldera. Hacemos un grupo, que prácticamente no se romperá hasta el final con Juan José, Humberto, Andrea, Paco Eltziar, D. Francisco Contreras y un servidor.
Subimos el alto de la Caldera, con unas vistas de la laguna que quitan el sentido de lo bonito que está, y enchufamos la pista hasta subir el nevero de la Carihuela. Máxima precaución, pues aunque con los escalones hechos, estaba resbaladizo. Comemos, nos hidratamos y ya empieza el disfrute, aunque largo disfrute: Los Tajos de la Virgen, la Laguna de las Yeguas, la pista del Rio, La estación de esquí, y aquí hacemos otro break, con cerveza y un poco de paella, donde nuestras cucharas se entrecuzan para intentar reponer algo de todo lo que ibamos gastando.
Se nos echan las 4 de la tarde encima, y eso es malo, pues nos queda un buen trecho hasta medio encontrar la sombra, por tanto bajamos con premura y donde D. Francisco Contreras tenía prisa por llegar, llevándonos a todos a ritmo en las bajadas y menos mal, descansando en las subidas.
Al llegar al río, nos hidratamos en la Fuente de Diechar, y comenzamos el serpenteante sendero que nos llevará en algo más de 12 kms a los Cahorros de Monachil, y donde estaremos a unos 8 kms. de nuestra meta donde nos espera la familia, la cerveza, los amigos, y el descanso.
Ruta segunda de practicamente 60 kms, que hacen y configuran la SNUT con  exactamente 99,9 kms y 7000 m. de Desnivel +

El año que viene más, diferente e intentaremos que mejor, pero cada año es más difícil. Si lees esta crónica y te gusta lo que has leído entra en nuestro facebook, y vente con nosotros el año que viene.
Mejor que todo es poner aquí todas las fotos de lo que os he contado, que no dejan de ser mucho más ilustrativas que la opinión de un humilde Trailer.